Pollo al ajillo

Un pollo partido en trozos pequeños
3 cabezas de ajo
1 limón
perejil
laurel
sal
vino blanco (la mitad de un vaso para vino)
Importante pero no imprescindible: sartén de hierro.
Se cubre (un poquito más que cubrir) el fondo de la sartén con aceite de oliva, y se pone a freir el pollo con todos los ajos menos tres dientes y dos hojitas de laurel. Los ajos sin pelar, (haced una rajita vertical en cada uno para que no salten)
Se fríe lento al principio, que no fría muy fuerte, el guiso se irá poniéndo "alegre" pero al principio el pollo no se tostará.
Cuándo esté un poquito hecho se sube el fuego para que el pollo se dore. Una vez dorado se retiran el pollo, el laurel y los ajos. En la sartén solo queda el aceite.
Aparte en un mortero se machacan los ajos crudos que no hemos utilizado y el perejil. Una vez machacados se echa el vino, el zumo de medio limón y un poquito de agua (también la mitad de un vaso para vino). Se vuelca en la sartén y a fuego fuerte se reduce, hasta que queda muy poca salsita. Reducido bastante se rebaña lo que queda pegadito en la base de la sartén. Se añade el pollo y se remueve. ¡Y ya está el pollo al ajillo!!!!!!!!!

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